Una de las cosas que más me gustan de hacer fotos es ver la cara de felicidad, sincera y agradecida, de la gente cuando se las enseño. Yo la verdad es que nunca he sabido hacer nada con mis manos: soy pésima en manualidades, no sé dibujar, en la cocina me defiendo, pero tampoco es lo mío… Con la fotografía he encontrado la manera de producir algo «yo» y poder regalar algo que no salga de las estanterías del Corte Inglés.
Este post me ha costado mucho escribirlo. De hecho, es la segunda vez que lo empiezo. A primera vista, no debería tener mayor complicación, ya que su objetivo no es otro que enseñaros las fotos de una sesión de embarazo que hice la última vez que estuve en mi tierra. En mi primera versión de esta entrada me ceñía a contaros cómo transcurrió la sesión y lo que quería hacer, pero al volver a leerla no estaba satisfecha con el resultado, porque no expresaba todo lo que para mí significaba esta sesión.
Las fotos no son de una embarazada cualquiera. Las fotos son de mi prima Virginia y su marido. Vir es una de las personas a las que más quiero, mi prima pequeña, la que siempre está ahí; la que se hace mayor y se convierte en alguien con quien poder hablar y en quien confiar. La que muchas veces ejerce de hija con mi madre cuando, por la maldita distancia, yo no puedo; la que siempre tiene la sonrisa en la boca y nunca está de mal humor. La primera a la que le compro el regalo de Navidad. La prima casi hermana.
Por ser quien es, fue una alegría inmensa saber que iba a ser madre y, por eso, me hacía muchísima ilusión regalarle estas fotos. Producir algo yo para ella.
Cuando estás embarazada, no siempre te das cuenta del valor que le darás más adelante a tus fotos de embarazo. Es un momento tan especial en la vida de una mujer y dura tan poco que luego esas fotos se convierten en un verdadero tesoro. Yo para Inés me arrepentí de no haberme hecho fotos decentes, así que para Théo no dudé ni un segundo en confiar la misión de retratar esos momentos a María Pazos (@marapazos).
Y yo quería que Vir tuviera un recuerdo así.
Últimamente tengo una obsesión con las fotos en bosques. Me encantan las imágenes de personas en medio de un bosque, perdidos entre los árboles. Reflejan lo pequeños que somos en comparación con la inmensidad de la naturaleza y es como si de la foto me llegara una bocanada de aire fresco.
Cuando estuve en mi casa estas Navidades estaba en el punto álgido de esta obsesión, así que tenía claro que quería hacer una parte de la sesión de embarazo de mi querida prima Vir en un bosque.
Parece que para hacer este tipo de fotos solo puedes estar en Canadá o en los Alpes, pero, en realidad, bosques los hay en muchos sitios y no hace falta que se trate de abetos espectaculares para conseguir un efecto precioso. Las fotos las hicimos en un pinar cerca de casa de mis primos. A los dos les encanta la naturaleza, así que me parecía el lugar ideal para la sesión.
En un mundo perfecto, tendría que haber tomado las fotos al amanecer o al atardecer para tener una luz más bonita, pero la realidad es que con un bebé y todos los compromisos que tenía esos días, me fue imposible.
Esto me pasa muy a menudo y me frustra bastante porque, si solo hiciera fotos en esos momentos de luz ideal, creo que no haría ni una foto.
De hecho, me confortó bastante el curso de Twyla Jones Emotional Storytelling breakout, porque Twyla contaba que hacía muchas fotos también con la luz dura de mitad del día y el resultado es también genial.
Antes de ir al pinar, tomé unas fotos más íntimas de Virginia y su marido en su casa. Espero que las fotos os transmitan esa intimidad y la felicidad que sentían de convertirse en padres. Como veréis, tengo una prima preciosa (el primo tampoco está mal, ¿eh?) y me encantó poder hacer esta sesión para ellos.
¿Qué me dices de ti? ¿Te hiciste sesión de embarazo? ¿Estás contenta con el resultado?
Marta, qué fotos tan bonitas. La idea del contraste de la inmensidad del bosque y de lo pequeños que somos me encanta. Y lo plasmas fenomenal en las fotos. Supongo que la confianza con la fotógrafa también ayuda para que los protagonistas estén más relajados. Aunque para ti más presión que queden bien!
un beso
Marta, ¡tu texto y tus fotos transmiten lo especial que es Vir es para ti! Y a los futuros papás se les ve radiantes de felicidad.
Besotes
Leticia
Ya sabía que era un recuerdo muy bueno y que las fotos habían quedado muy bonitas pero viendo el resultado final,soy mas consciente,todavía,de la suerte que tengo con este regalo y de lo afortunada que soy de tenerte como prima y en este caso,mas concretamente,como fotógrafa.Muchas gracias Marta.
Guillermo y Virginia.
La verdad son muy chulas, y transmiten mucha complicidad, yo me arrepiento de no haberme hecho mas fotos, al menos una de cada mes. Pero David es mi tesoro.