Uno de los mejores consejos que me dieron cuando me planteaba abrir el blog fue: no lo hagas por nadie, para conseguir seguidores o hacerte famosa. Hazlo por ti.
La blogosfera se ha convertido en una auténtica locura. Cada vez hay más blogs y más blogueros que aspiran a vivir de su blog. Es posible, claro está, pero si ese es el único objetivo que uno tiene al empezar un blog, creo que es fácil acabar frustrado al cabo de unos pocos meses.
Un año después de publicar esa primera entrada, “Bienvenido”, no puedo estar más contenta de todo lo que el blog me ha aportado: se ha convertido en un lugar donde expresar lo que siento acerca de mis vivencias como madre, donde recoger un pedacito de nuestra vida, nuestros viajes, las pequeñas experiencias de nuestro día a día, la gente que me inspira o con la que he compartido experiencias y, sobre todo, cada pasito que voy dando en el mundo de la fotografía.
Nunca pensé que este primer año iba a tener la oportunidad de fotografiar a tantas familias y que me dejarían hablar de la experiencia y compartir sus fotos.
Me estrené con la maravillosa familia de Alex y Bárbara muy poco tiempo después de dar a luz. Los nervios de esa primera sesión no me quitaron para nada la ilusión y la sonrisa con la que salí de su casa me dejó claro que había hecho bien en lanzarme a la piscina de la fotografía de familias.
En diciembre del año pasado, os enseñaba la sesión de Navidad que le hice a Stephanie Duval y a su preciosa hija Juliet. Instagram y la fotografía hicieron que se cruzaran nuestros caminos y ahora ya no puedo pasar más de un mes sin quedar con esta vecina tan inspiradora.
Este mismo mes os contaba también mi participación en el primer Atelier Bistrot organizado en el Empordà por Inés (@lespetiteschosesdudimanche). Allí conocí a una pandilla de locas por la fotografía con las que ahora hacemos todo lo posible por vernos cada vez que podemos. De ese curso salieron no solo grandes amigas, sino también colaboraciones que me han llenado muchísimo: Olga (@cerrandoplano) compartió en el blog su visión de la fotografía y se convirtió en colaboradora de Lens and Sensibility presentándonos a María Bringas (@pomelosylimones). Inés vino a Suiza a impartir el segundo Atelier Bistrot rodeada de un grupo de instagrameras maravilloso que se unió a mi locura en cuanto les hablé del tema.
En enero del año pasado, compartía en el blog mi lista de (des)propósitos para el 2017, un post que vuelvo a aplicar para el 2018; también os enseñaba mi primera sesión de embarazo y publicaba un post muy personal sobre mi experiencia dando a luz por cesárea.
Uno de los posts que más os han gustado fue el de mi sesión newborn de Théo, en el que os daba consejos sobre cómo hacer vuestra propia sesión newborn. Cuando veo esas fotos, no me puedo creer que Théo se haya hecho tan mayor…
Marzo y abril fueron meses en los que escribí mucho. Os enseñé un sitio genial para ir de brunch en Ginebra, el restaurante del Parc des Eaux-Vives; compartí las fotos de la sesión de recién nacido de Pablo y de la sesión de embarazo de mi querida prima Virginia; os hablé de mis artículos de bebé preferidos; y os conté en tres posts nuestro viaje a Florida cuando Théo solo tenía cinco meses.
Justo en ese momento, volví a trabajar, lo que me quitó mucho tiempo para escribir, pero, como esto no es una obligación sino un placer, no me preocupó demasiado.
En mayo os enseñé los viveros de libre servicio que tenemos por aquí y os hablé de mi clase de fotografía con Twyla Jones en Florida. Aún no me puedo creer que tuviera la oportunidad de hacer una sesión de fotos de familia en un entorno tan espectacular.
En junio, salí de mi zona de confort con una sesión de fotografía de la tienda Kids Love Design. Aproveché la experiencia para presentaros a Lisa, la dueña de Kids Love Design. Si no os leísteis la entrevista entonces, os la recomiendo porque es genial leer a jóvenes empresarias que comparten sus experiencias. Justo en esa época, dejé de darle el pecho a Théo y os hablaba de mis aventuras y desventuras con la lactancia materna.
Después de una pausa estival, en septiembre volví al blog con una sesión de tres amigas embarazadas de las más especiales de todo el año. Teníamos todos los ingredientes para que fuera una sesión genial: buen tiempo, casita al borde del lago, amistad y muy buen rollo.
Entonces también os enseñé uno de mis proyectos del verano: redecorar la habitación de los peques para que fuera realmente una habitación para dos.
Ese mes también compartí otra de las sesiones más especiales de todo el año: la de la familia de Mirin (@mirinclos) en el Empordà. Solo de recordarla, se me pone la piel de gallina.
Acabé el mes enseñándoos las fotos de una de las mejores escapadas del verano, en casa de mi amiga Petra en la Drôme (Francia).
En octubre, escribí un post sobre una de nuestras costumbres preferidas aquí en Suiza: ir al vivero a por flores y verduras.
También os enseñé las fotos de la sesión Smash the cake que le hice a Théo para su cumpleaños (menudo follón organizamos con el pastel) y la sesión madre e hija de Isabelle y Angélique.
En noviembre, os presentaba a otra empresaria que me inspira muchísimo: Melitta Campbell y Olga nos presentaba a María.
El último post del año estaba dedicado a las cosas que me proponía hacer estas vacaciones de Navidad y tengo que decir que las hice casi todas a pesar de tener unas fiestas bastante accidentadas.
Este ha sido el primer año de Lens and Sensibility. Si el día tuviera 48 horas y yo fuera una superwoman, habría escrito mucho más y habría compartido muchas más reflexiones que tengo en el tintero y muchas más fotografías que tengo en el disco duro.
Aun así, estoy muy orgullosa de haber convertido este trocito de la blogoesfera en mío y, sobre todo, de que estéis allí, leyéndome, compartiendo conmigo y apoyándome. Gracias de corazón.
Es precioso Marta!
Muchísimas gracias, Paloma.