El vestido viajero por Carla Monge

No hay más que ver lo que ha crecido el bebé de Carla para ver lo mucho que he tardado en publicar este post. Sí, la vida transcurre a una velocidad que muchas veces voy con la lengua fuera para seguirle el ritmo, pero me prometí que este espacio no sería de correr, que los artículos no se convertirían en una obligación más, que los saborearía y los disfrutaría como un respiro de inspiración y belleza. Espero poder transmitiros esa misma sensación y hoy, con las fotos de Carla para el proyecto del vestido viajero, estoy convencida de que así será.

A Carla la conozco, aunque solo virtualmente, desde hace muchos años. Ella llevaba más o menos un año como fotógrafa cuando yo estaba empezando a plantearme hacer lo mismo y es una de las pocas personas con las que compartí todo el proceso, hablando sin tapujos, con generosidad y con el deseo sincero de ayudarnos mutuamente. Recuerdo con mucho cariño esos meses en los que hablábamos de tarifas, de marketing, de cómo darse a conocer. En realidad, no hay nada que me diga más de una persona que su generosidad en contextos en los que puede primar la rivalidad.

Pero todo esto no es la principal razón de que Carla forme parte del proyecto del vestido viajero, sino lo mucho que admiro su trabajo y su visión. Muchas gracias, Carla, por aceptar unirte al proyecto. Os dejo ya con sus fotos y con su explicación de cómo enfocó la sesión:

“Fue un honor colaborar con Marta y con las demás fotógrafas en este proyecto. La verdad es que no me encontré bien durante gran parte del embarazo y hacer las fotos con el vestido blanco fue una muy buena motivación para por fin ponerme delante de la cámara y guardar algunos recuerdos de mi tercer embarazo junto con mis otros hijos. En las sesiones de autorretratos siempre intento hablar mucho con mis hijos y que lo recuerden como un buen rato pasado conmigo, al margen del resultado. En este caso, hablamos mucho de cómo serían ellos de hermanos mayores, cómo me ayudarían a cuidar del bebé, qué cosas le iban a ir enseñando según creciera, todo mientras bailábamos y jugábamos. De este modo, guardamos muy buenos recuerdos de estas fotos juntos”.