Montañas de correcciones de final de semestre, cenas de trabajo y de amigos como si con el año también se acabara el mundo, compra de regalos, actuaciones navideñas de los peques, maletas, agobios para meter todo en el coche, kilómetros y más kilómetros… Creo que esa sensación de correr una maratón las semanas antes de las vacaciones, de contener la respiración hasta el 24, la tenemos muchos y, al menos en mi caso, se ha multiplicado por tres desde que tengo hijos. No dura, es por una buena causa, pero no deja de ser un tute tan brutal para el cuerpo que lo mío suele ser, en el mejor de los casos, pasar la mitad de las vacaciones arrastrando el cansancio acumulado y, en el peor y por desgracia el más frecuente, caer enferma a los pocos días de volver a casa por Navidad.
- Hacer galletas con Inés. Creo que ya he hablado en varias ocasiones de que la cocina y yo no somos grandes amigas. Inés, en cambio, parece que ha heredado el gusto por cocinar de su abuela y estas Navidades me haría ilusión que pasáramos una tarde abuela, madre y nieta haciendo galletas de Navidad.
- Hacer una corona de adviento. Me diréis que el adviento está más que pasado, pero el año pasado hice una en casa y fue tan relajante entre el olor a eucalipto, las canciones de Navidad y el calor de la chimenea que me frustró mucho no tener tiempo para hacerla durante la vorágine prenavideña. Pues bien, me he dicho que no pasa nada porque ya no sea época de adviento. Si me hace feliz hacer una corona, simplemente hay que hacerla.
- Hacer los cursos de fotografía que tengo pendientes. Cuando veo pasar un curso interesante, no me puedo resistir a comprarlo. Me puede el ansia de aprender, pero luego el día no tiene bastantes horas y se me van acumulando en el disco duro sin ni siquiera abrirlos. Durante estas fiestas, quiero sacar algún ratito para seguir aprendiendo.
- Hacer fotos de los míos. Desde que he empezado a hacer fotografía de familia, no puedo estar más contenta, pero al mismo tiempo la realidad es que me queda menos tiempo para hacerles fotos a los míos. Los Pirineos nos regalan paisajes espectaculares y hay una luz… También quiero hacer más fotos de los míos: de mi madre con sus nietos, de mi hermano y mi cuñada, de los momentos que pasaremos todos juntos. Esas fotos sin pretensiones que seguramente serán las que más me gustarán en algunos años.
- Leer, leer y leer. Siempre me ha gustado leer novela y le tengo que reprochar a Instagram que me ha robado mucho tiempo de lectura. Ahora los libros han vuelto a recuperar territorio y estas vacaciones pienso desquitarme por todos esos libros que no me he leído y me quiero leer. De momento, voy a terminar el tercer tomo de “La amiga estupenda”, que me recomendó mi querida @momarino y que me tiene enganchadísima.
- Ver películas españolas. Desde que vivo en Suiza (17 años ya) creo que me he perdido muchas pelis de buen cine español. Todas no llegan a la cartelera suiza y muchas se me pasan, así que me he propuesto hacer una lista de imprescindibles del cine español de los últimos años para verlas estos días y en el 2018. Si tenéis sugerencias, soy todo oídos.
- Hacer turismo en mi región. Suele pasar que, cuando es tu zona, no te llama tanto como otros lugares y no le sacas todo el partido que podrías sacarle. Estos días me apetece pasear por el Valle de Tena, ir a Ainsa y a Boltaña (donde nos casamos), bajar a Zaragoza, ir a tomar unas tapas a Jaca…
Marta, me alucinan tus fotos, ya lo sabes…
Además de eso, me siento tan identificada con lo que cuentas… Me paso las vacaciones queriendo hacer tantas cosas para aprovechar al máximo el tiempo, esto de estar lejos es tan difícil, que al final, los mejores momentos son los que te dejas llevar, haciendo un chocolate y un bizcocho y disfrutarlo en familia…
Besos, guapa, y ya me contarás si has podido hacer todos tus planes!!!????????
Muchas gracias, Martina. Es muy difícil tener que condensar en pocos días el tiempo con los suyos… Te mando un besote,
Marta