¿Sabéis eso de que ya casi no miramos lo que tenemos a nuestro alrededor y no lo valoramos tanto como deberíamos? Eso me pasa a mí con el paraíso natural en el que tengo el lujo de vivir desde hace 18 años. Resulta que vivo en un país precioso y pocas veces he hablado de él en el blog.
Siempre me doy cuenta de lo privilegiados que somos cuando vienen amigos a visitarnos o cuando vemos Suiza a través de los ojos de alguien que no vive aquí. Hace poco, Vicky (@misslittlec) y su familia estuvieron unos días en nuestro apartamento de la montaña y me di cuenta de que sería genial poner en orden mis consejos sobre Suiza para cuando viene gente a visitarnos. Con esta entrada empiezo pues una serie de artículos sobre Suiza que espero que os gusten.
Nuestro pequeño paraíso particular
En Suiza, el número de propietarios es bastante bajo en comparación con el de otros países, y eso que en los últimos años ha aumentado mucho gracias a los tipos de interés bajos (alrededor del 30%). Hace más de diez años, nos pareció que nunca podríamos comprarnos casa en Suiza, así que se nos ocurrió comprar un pisito en la montaña como inversión y para tener algo nuestro. Los Alpes son enormes y, de hecho, hay muchísimos pueblos que cuentan con sus propias pistas de esquí, así que empezamos a buscar un poco a ciegas guiándonos por las zonas que nos habían recomendado, la distancia con respecto a Ginebra (para poder ir bastante) y el precio.
Buscando en Immostreet con esos criterios, llegamos al primer piso que visitamos y al que es desde entonces nuestro rinconcito de los Alpes. Sí, normalmente uno no se compra la primera casa que ve, pero nos enamoramos nada más verlo; se lo enseñamos a los padres de mi marido, que se enamoraron también, y así llegamos a la región que os presento hoy.
Gryon es un pueblito de los Alpes del cantón de Vaud. En Suiza es una zona bastante conocida (forma parte de la estación de esquí Villars-Gryon-Diablerets), pero fuera de las fronteras suizas, no tanto, lo que lo hace un lugar único por no estar masificado y conservar toda su belleza natural.
La zona en sí se merece varios días e incluso una semana de vacaciones, sobre todo si os gusta caminar por la montaña. En este post, os la enseño en verano y os cuento lo que podéis hacer en esta época del año, pero el invierno se merece una entrada aparte.
El pueblo de Gryon
Empiezo por el pueblo en sí porque aquí hubiera podido vivir Heidi perfectamente. Gryon está lleno de chalets típicos suizos decorados con flores, fuentes preciosas, un templo protestante muy bonito y unas vistas impresionantes mires por donde mires. El pueblo se merece un paseo para contemplar los chalets, sus grabados y pinturas, etc.
Taveyanne
Se trata de una aldea perdida en medio de la montaña que no tiene ni electricidad. Es el punto de salida de muchas caminatas preciosas por la montaña y en verano tiene un refugio restaurante en el que comer una fondue riquísima.
Solalex
Solalex es otro de los lugares que más me gustan de la zona. Se puede subir en coche hasta casi arriba. Su particularidad es sobre todo el “miroir d’Argentine”, una montaña que parece un espejo que cambia de color conforme pasa el día y el sol. Aquí también tenéis un refugio ideal para comer platos típicos suizos (os recomiendo la raclette a la brasa) y desde aquí hay una caminata preciosa de una hora que te lleva a otro refugio en el que, además de comer, os podéis quedar a dormir una noche.
En Solalex, también pasa un río de montaña. La temperatura os la podéis imaginar, pero para jugar un rato al lado del agua y remojarse los pies en un paisaje espectacular, es ideal.
Bretaye
Para llegar a Bretaye, se coge un trenecito de cremallera (gratuito en verano si vais a buscar una tarjeta a la Oficina de Turismo) y se llega a una de las zonas en la que se esquía en invierno. En verano, son laderas llenas de flores y de vacas.
Desde ahí, hay una caminata muy fácil (por llana y corta, 30 minutos) hasta el lago de Bretaye. Ahí os podréis incluso bañar en verano, se puede pescar y, como no, hay un refugio donde probar las especialidades suizas (os habéis dado cuenta de que nos encanta comer, ¿verdad?).
El glaciar Les Diablerets
Se trata de un glaciar que se encuentra a 3000 metros de altura (Glacier3000) y al que se sube todo el año en telecabina. En el glaciar se puede esquiar todo el año y vale la pena subir solo por ver las vistas de los Alpes nevados.
Fondation Barry (Martigny)
Se trata del museo de los perros San Bernardo. Merece mucho la pena ir si tenéis peques, porque se puede ver e incluso tocar a los perros.
Esta misma fundación organiza paseos en la montaña con los perros. Os dejo la página web por si os interesa: https://fondation-barry.ch/FR/.
Los baños de Lavey
Son las termas más bonitas que habréis visto nunca, con piscinas exteriores calientes y vistas de escándalo. También tienen una parte spa con experiencias sensoriales, saunas de diferentes temperaturas, baño turco…
Lo más guai es ir cuando ya es de noche (cierran bastante tarde) y las piscinas están iluminadas. Es un sitio muy recomendable tanto en verano como en invierno.
Estas son solo algunas de mis recomendaciones, pero hay muchas más según cómo os guste disfrutar la montaña. En todo caso, no os cortéis en escribirme si venís.
Hola Marta! Una fotos preciosas y un post muy interesante. Justo el sábado fuimos a comer en l’Etable, en Gryon. El sitio es muy recomendable también. Además en esta época del ano tienen platos de caza y con el buen tiempo que estamos teniendo pudimos comer en la terraza. Tomamos nota de Taveyanne y Solalex para nuestra próxima escapada en la zona. Muchisimas gracias, Marta!
Hola, Laura:
Me enchanta L’Etable, aunque solemos ir más en invierno que en verano. Me están entrando muchas ganas de subir a la montaña ahora mismo!
Un besote,
Marta