%Site Name-%Image Name  %Site Name-%Image Name  %Site Name-%Image Name  %Site Name-%Image Name  %Site Name-%Image NameTodos los años, cuando llega septiembre y cual día de la marmota, me invaden unos deseos irrefrenables de decorar toda la casa. Estoy segura de que os pasa a muchas, ¿me equivoco? La mayoría de las veces, tanto ímpetu se queda en aguas de borrajas, como decimos en mi tierra. A la semana me he olvidado del asunto y mis proyectos quedan aplazados hasta la siguiente vez que vuelvo de vacaciones (y vuelta a empezar…).

Este año, por fin, he cogido el toro por los cuernos y me he dedicado a decorar la habitación de los niños. Nos apetecía mucho que Inés y Théo probaran la experiencia de compartir habitación. Estoy convencida de que serán unos recuerdos preciosos para los dos y estarán aún más unidos durmiendo juntos.

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Pasamos a Théo a la habitación de Inés hace tres meses, cuando dejé de darle el pecho, y, aunque al principio fue bastante difícil porque Théo no dormía (o el día que Théo dormía era Inés la que tenía pesadillas, o sed, o pipi, o…), ahora duermen toda la noche del tirón y están los dos encantados de compartir habitación.

Hasta ahora, seguía siendo la habitación de Inés y parecía que Théo estaba invitado al territorio de su hermana. Por eso, me apetecía mucho hacer algunos cambios para que la habitación pasara a ser de los dos por igual y tuviera toques tanto de niño como de niña.

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No me podía gastar mucho ni quería hacer cambios drásticos de muebles. Me encanta comprar cosas nuevas, pero me lo pienso muchísimo antes de tirar algo que no está roto, así que la idea era conservar la mayor parte de lo que ya tenemos e ir añadiendo toques “de chico”.

A Inés ya es difícil sacarla del rosa, así que he aprovechado que Théo aún no opina para elegir el segundo color que quería añadir en la habitación: el gris. Me gusta mucho la combinación de ambos, así que en eso me basé.

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Si me vais leyendo de vez en cuando, ya podéis imaginaros a qué tienda fui para comprar las cositas que me faltaban. Casi todo lo adquirí en Kids Love Design, una tienda online que tiene punto de venta físico también en Divonnes-les-bains (ya os hablé de su preciosa dueña aquí). Lo más urgente era encontrar una lámpara para cambiar la que tenía hasta ahora (de color fucsia). Esta lámpara era lo que más me molestaba de la habitación porque le da un toque demasiado de niña, así que llevaba buscando otra lámpara desde hace siglos. Al final, opté por una lámpara de la marca Bloomingville que me enamoró al instante porque era gris y no era una lámpara infantil propiamente dicha, lo que significa que la puedo poner en otra habitación si en el futuro quiero cambiarla de lugar. Estoy muy contenta de cómo queda y los niños alucinan cuando la encendemos porque proyecta formas en el techo.

También de Kids Love Design es la lámpara en forma de mariposa que está entre la cama de Inés y la cuna de Théo. Esto fue un capricho, pero es taaaan bonita que no me pude resistir. Théo se pone a señalarla con el dedo para que la encienda cada vez que llegamos a la habitación.

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Otro elemento que quería añadir era una estantería solo de Inés. Ya tenía una estantería para Théo, que va a juego con su cuna y el cambiador, pero quería que Inés también tuviera su espacio para mostrar sus juguetes favoritos. Una vez más, opté por una pieza que no es infantil, pero me tiene enamorada, la estantería String. Me parece atemporal y me encanta cómo queda con los conejitos Maileg y el cuadro con el nombre de Inés que encargué cuando nació.

Como comentaba al principio de esta entrada, le cojo mucho cariño a las cosas porque con ellas hemos crecido como familia. El sofá que está en la habitación es un claro ejemplo. Este sofá lo teníamos en la habitación de nuestro antiguo apartamento de Ginebra. Como no cabe en nuestra habitación, lo pusimos en la habitación de los peques y ha sido tan práctico para dar el pecho y leer libros que no quería quitarlo, a pesar de que tiene un estampado que no suele verse en una habitación infantil. Aun así, a mí me funciona.

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Como veréis en las fotos, soy bastante minimalista con la decoración (me agobian mucho los sitios sobrecargados de cosas). Aun así, he añadido más cojines a la cama y a la cuna (también de Kids Love Design), he puesto dos banderines más en las ventanas (uno rosa y otro gris, que se añaden al que me hizo mi querida @villic y al que le tengo mucho cariño), fotos de los peques (que ya era hora que imprimiera), un tapiz con una cesta a juego y un atrapasueños (con el que espero acabar con las pesadillas de Inés).

Seguro que, como yo, en este punto os habréis percatado de que no hay muchas cosas “de niños” en la habitación aparte de sus juguetes. Me cuesta mucho decidirme por objetos de diseño con dibujos, pero cuando vi esta alfombra en Kids Love Design, lo tuve claro al momento. Me parecía que era exactamente lo que le faltaba a la habitación para darle un toque lúdico y un poco de color. Además, nos encanta viajar, así que nada mejor que tener el mundo a nuestros pies para hablar de viajes pasados y para planear viajes futuros.

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Todavía quiero acabar de decorar el rincón de lectura de la habitación, pero ya con estos cambios estoy más contenta que unas castañuelas. Tengo que reconocer que le tuve que pedir ayuda a mi amiga Nienke Muller, que es la experta en diseño de interiores. Yo tenía alguna idea, pero me ayudó muchísimo a que el conjunto quedará bien.

¿Qué os parece? ¿Os gusta cómo ha quedado? ¿Tenéis alguna idea para completar el conjunto? ¡Soy todo oídos!

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COMENTARIOS
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Que bonita te ha quedado… Yo tengo que empezar con la habitación de mis niñas! Tendrás que asesorarme… Las fotos preciosas.
Besoooos

Te ha quedado preciosa,al principio pensaba que eran fotos de pinterest,pero al ver a los niños…Me ha enamorado,con que gusto la has puesto.Yo me quedaba ahí. MUCHOS BESOS

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