Un pastel para Théo

No soy yo mucho de prepararme para hacer un tipo de foto en concreto. A excepción de las sesiones para otra gente, solo cojo la cámara cuando me apetece y no planeo lo que quiero fotografiar. Eso no significa que no me influyan fotos o momentos plasmados por fotógrafos a los que admiro, pero lo hacen inconscientemente y no me gusta nada la idea de copiar tipos de fotos.

Y, sin embargo, hoy llego con un post sobre la sesión smash the cake que le organicé a Théo para su primer cumpleaños, la representación máxima de la foto preparada y que hemos visto hasta la saciedad. Pero, qué os voy a decir: pues que me hacía ilusión hacer esta sesión, tener un recuerdo de su primer año y verlo zamparse un pastel casi tan grande como él.

En realidad, lo que se dice preparar tampoco preparé gran cosa. Descolgué una guirnalda de estrellas que tengo en la habitación de los peques e hinché unos cuantos globos con helio que había encargado en My Little Day para la fiesta de cumpleaños que celebrábamos al día siguiente.

Lo que más me angustiaba era el tema del pastel. Quien me conoce bien sabrá que no soy muy cocinitas (y menos aún repostera). Normalmente hacía un pastel al año, para el cumpleaños de Inés (los últimos cuatro años, porque antes ni eso). Pero desde hace un año tengo como vecina a la mejor repostera de la región, así que se acabó la agonía de los pasteles de cumpleaños. De ahora en adelante se los encargo a Myriam. El pastel que veis en las fotos era el primero que le encargaba (el segundo fue el que nos comimos al día siguiente con motivo de la fiesta) y no podía haber acertado mejor. Era exactamente lo que yo visualizaba para la sesión y encima estaba buenísimo (casi me da algo cuando vi que entre Inés y Théo apenas nos dejaron una capa para probarlo).

Con una decoración mínima y el pastel como protagonista, solo quedaba dejar a Théo descubir el delicioso manjar que le esperaba, comérselo con la ayuda de Inés y, lo más arriesgado para la pared blanca, dejarles hacer un poco el guarro. Fue una sesión muy divertida y me encanta haberla hecho porque el día de la fiesta yo quería disfrutar cada momento y no saqué la cámara para nada.

Espero que os gusten las fotos y, si tenéis bebés, animaos a organizar algo así y, sobre todo, ¡contadme!