He dudado mucho en si merecía la pena escribir este post. Al fin y al cabo, hay excelentes guías de viajes y blogs especializados en los que encontrar toda la información necesaria para visitar Fuerteventura, pero lo cierto es que este blog es también un diario familiar y, como tal, nuestras vacaciones en Fuerteventura tenían que estar aquí.
Dudamos mucho a la hora de decidir adónde ir este verano, pero después de muchos años arrastrando un cansancio descomunal incluso durante las vacaciones (por daros un ejemplo, nos fuimos a Florida cuando Inés tenía cinco meses y repetimos cuando Théo tenía la misma edad), teníamos claro que necesitábamos unas vacaciones relajantes, de las de bajar revoluciones.
No sé si os pasa también a vosotros, pero a mí me cuesta estar en un sitio y dedicarme al farniente si hay cosas que ver. Casi me siento culpable de quedarme tirada en la hamaca leyendo un libro si en nuestro destino hay pueblitos, catedrales, museos que visitar. Uno llega a las vacaciones después del esprint de final de curso y parece que la inercia le incita a seguir corriendo, ¿a que sí?
Fuerteventura nos llamaba desde hacía mucho tiempo por sus playas paradisíacas y sus paisajes tan diferentes a lo que nos tiene acostumbrados la verde Suiza, y no nos defraudó. Eran exactamente las vacaciones que necesitábamos: en contacto con la naturaleza, en una playa espectacular en la que poder respirar hondo, parar, jugar con los niños, pasear, leer y simplemente estar y ser.
Eso fue lo que hicimos la mayor parte del tiempo, aunque no podíamos pasar sin recorrer la isla y aquí os dejo algunas recomendaciones.
Dónde alojarse
Lo del viento en Fuerteventura no es un mito. Como ya lo sabíamos, intentamos informarnos sobre la parte de la isla donde había menos viento y, como nos recomendaron el sur, optamos por Morro de Jable en Jandía. Aún no me queda claro si realmente elegimos mal, si hacía más viento que en otras épocas o si hay mucho viento en toda la isla, pero lo cierto es que tuvimos días muy muy ventosos. Lo bueno es que uno se acostumbra enseguida y no se pasa bochorno (¡los días que no había viento, pasamos demasiado calor!).
En todo caso, las playas de Jandía nos parecieron espectaculares, pero cuando subimos al norte, encontramos que las de ahí no les tenían nada que envidiar.
Nos alojamos en el Iberostar Gaviotas Park. Encontrar un hotel adaptado a los niños era nuestro principal criterio. Era nuestra primera experiencia en un todo incluido y, aunque para nosotros, los mayores, no es el plan vacacional ideal, los peques disfrutaron como nunca: tenía un Kids Club al que Inés iba a hacer manualidades y a jugar con otros niños (solo aceptan peques mayores de cuatro años), había un montón de piscinas, espectáculos para ellos, actividades deportivas, etc. Para los que tenéis hijos adolescentes, tienen hasta un club para ellos y desde luego parecía que se lo pasaban bomba.
El único “pero” es que la inmensa mayoría de los que se alojaban en el hotel eran alemanes, hasta el punto que el personal a veces empezaba hablándote en alemán y luego pasaba al español. No me malinterpretéis, no tengo nada en contra de los alemanes, pero al vivir en el extranjero todo el año, cuando vuelvo a mi país, me apetece mucho sentirme en casa y que me hablen en español (el momento canción Que viva España cantada en alemán una noche de espectáculo fue surrealista).
Cómo moverse
Mi consejo es que alquiléis coche nada más llegar. Como nuestra intención era descansar, decidimos alquilar el coche solo unos días, pero resulta que el precio del taxi desde el aeropuerto hasta el sur ya cubría la mitad de los días de alquiler, así que merece mucho la pena.
Cosas que hacer
Tengo que darle las gracias otra vez a @cocagil_por todas las recomendaciones chulas que nos dio. Fue de una gran ayuda contar con ella en la isla.
Disfrutar del mar
Fuerteventura tiene unas playas que no tienen nada que envidiarle al Caribe, así que para mí es su mayor atracción. Si además sois de los que hacéis windsurf, kitesurf o cosas por el estilo, vais a alucinar.
Ir a la playa de Cofete
La playa es espectacular, pero el camino hasta ahí por una carretera de tierra a través de la montaña es una maravilla. La aridez del paisaje y lo poco concurrida que está la isla te da la sensación de encontrarte en otro planeta.
Cofete es una de las playas más bonitas y salvajes que he visto en mi vida. Si podéis completar la visita con una sesión de fotos de familia, como hicimos nosotros, mejor que mejor. Os recomiendo con los ojos cerrados el trabajo de @historiasminimasfotografia.
Visitar la isla de Lobos
Este es el primer plan que nos recomendó @cocagil_y vale mucho la pena. Isla de Lobos es una islita al norte de Fuerteventura. Para nosotros fue toda una expedición porque teníamos casi dos horas de camino desde el sur, pero estuvo genial coger el barco con los niños y pasar ahí el día.
La isla se visita deprisa, a no ser que vayáis a hacer senderismo, pero pensad en llevaros comida y bebiba o en pasar al único restaurante de la isla nada más llegar para reservar mesa o comida para llevar (no aceptan reservas por teléfono) porque realmente no se puede conseguir agua o comida en otro sitio. Llevaos también material para hacer snorkeling y zapatillas de agua para andar por las rocas.
Visitar el pueblito de Betancuria en el centro de la isla
De todos los pueblos que visitamos, es el que más vale la pena y el camino hasta ahí es precioso. Si vais, os recomiendo que os paréis en el Mirador Morro Velosa (al que se llega por el valle de Santa Inés;). La vista es impresionante, eso sí, ¡cuidado que no se os lleve el viento!
Jugar con las ardillas
Hay un montón en las rocas y matorrales al lado de la playa. Como los turistas les dan de comer, se acercan a la gente sin miedo y los niños estaban como locos. También os aconsejo pasar por los muchos miradores que hay para observar pájaros en las playas protegidas, como la playa del Matorral.
Visitar el norte de la isla
Nosotros no pudimos pasar ahí mucho tiempo porque nos caía bastante lejos de donde estábamos (en realidad, Fuerteventura es una isla bastante grande), pero la zona de Corralejo es espectacular.
Como veis, tengo pocas recomendaciones concretas aparte de disfrutar de la naturaleza. Vais a pensar que me pongo esotérica, pero me pareció una isla con muy buenas vibraciones; como si las piedras volcánicas transmitieran toda esa energía. En todo caso, nosotros hemos vuelto con las pilas muy muy cargadas.
Uy, tal y como lo cuentas y por las fotos, creo que Fuerteventura es lo que necesito ahora mismo ????????
El agotamiento es muy malo, jajaja. Ahora mismo me iría yo otra vez también.
Un besote,
Marta