Hoy vuelvo con un nuevo capítulo de nuestro proyecto de vestido viajero y os presento a otra de las fotógrafas con las que he tenido el placer de contar.
A Mirin la conocí en el Petit Atelier Bistrot organizado por Inés, fotografié a su familia un año más tarde, nos vino a visitar a Suiza con su familia poco tiempo después y ahora puedo decir que, sin lugar a dudas, es una de las personas más queridas con las que me he cruzado en Instagram.
Además de eso, Mirin tiene una sensibilidad que se refleja en sus fotos y en sus textos y no me deja indiferente. Es un placer que se uniera al proyecto.
Así es cómo describe ella la sesión que le hizo al vestido:
«Cuando me planteé la sesión del vestido, decidí hacerla toda en blanco y negro. Para mí el vestido blanco simboliza pureza, bondad, representa todo lo bonito, pero, por otra parte, todo tiene su propio lado oscuro, así que decidí hacer la sesión en blanco y negro y en un bosque a mediodía buscando precisamente sombras duras en la cara de mi modelo que representaran la dualidad del mundo, el ying y el yang, la luz y las sombras, que al final son las que definen a la humanidad y a cada uno de nosotros, y también, como no, a la fotografía».
Os dejo pues con las fotos de Mirin y Mae, su impresionante modelo, y espero que os gusten tanto como a mí. Nos volvemos a ver cuando os presente a la siguiente fotógrafa.

























Me ha encantado la sesión ✨