Estos no son días de moverse o viajar mucho. Todos hemos tenido que cambiar el chip y dejar de coger aviones a diestro y siniestro. Cuando pienso en que, no hace tanto, la gente aquí se cogía un EasyJet para irse de compras a Barcelona, me digo que algo bueno ha tenido la crisis sanitaria.
Aun así, la necesidad de evasión está más presente que nunca y nosotros intentamos satisfacerla con pequeñas escapadas cerca de casa. La última fue el fin de semana pasado y, aunque fue difícil organizarla por la situación, ha sido un chute de energía y de amistad que nos va a permitir afrontar lo que venga.
Nos alojamos en el chalet Le Rouge de Emerald Stay, en Morzine, a hora y media de Ginebra. Morzine es una estación de esquí muy conocida de los Alpes y en esta época del año la montaña es un verdadero espectáculo de colores.
Normalmente nosotros somos más de hotel porque nos gusta no hacer nada cuando estamos fuera de casa, pero el chalet Le Rouge ha superado todas nuestras expectativas. El lugar no puede ser más bonito, está decorado con muchísimo gusto, puede alojar hasta a 14 personas sin estar apretados (tiene 250 m2 y cada una de las seis habitaciones tiene su baño) y tiene prácticamente todo lo que nos gusta de ir de hotel: productos para el baño (y además de la marca Nuxe, que me encanta), spa y un montón de servicios.
Estuvimos muy a gusto porque teníamos cada uno nuestro espacio y las zonas comunes (salón, cocina, sala de juegos para los niños) eran una pasada. No me explayo más sobre el chalet y mejor os dejo las fotos que hice. Ya sabéis que me encanta la foto de interiores, así que os podéis imaginar lo que disfruté.
Desde Morzine hay un montón de excursiones bonitas que hacer. Nosotros hicimos una caminata alrededor del lago Montriond. Eran unos tres kilómetros, todo en plano, y los niños siguieron el ritmo sin problema. El paisaje es espectacular en otoño, aunque me imagino que nevado tiene que ser increíble y en verano con flores, también.
Desde ahí también fuimos a visitar las Cascades d’Ardent y el pueblo de Les Lindarets, conocido por sus calles llenas de cabras en libertad. Por desgracia estaba cerrado, pero volveremos seguro en verano para que los niños lo vean.
También me quedo con ganas de volver en invierno. El chalet Le Rouge está al lado de las pistas de esquí.
Espero que las imágenes de este post os permitan evadiros un rato y planear escapadas para cuando se acabe toda esta pesadilla. En todo caso, ese es el objetivo.
Los niños llevan ropa de Stadtlandkind de las marcas Weekend House Kids, The New Society y The Simple Folk, y zapatos de la marca suiza Benjie.
Such a magical place Marta!